Aún
tratándose del pariente más pequeño de la familia de los
Schnauzer, mantiene un carácter firme y decidido que hace de él
un buen perro de guardia. Pequeño, vigoroso, más compacto que
delgado, con pelo áspero, elegante, es la imagen achicada del
Schnauzer, sin que aparezcan los defectos del enanismo. Es el
perro ideal para los largos paseos, y su pelaje duro lo protege
muy bien de la lluvia y el frío. Se adapta perfectamente a vivir
en espacios pequeños siempre que se le asegure una cuota diaria
de ejercicios.
Se origina a partir del Schnauzer mediano seleccionando los
ejemplares más pequeños. Se logran mantener invariables las
cualidades de carácter y equilibrio de sus hermanos mayores.
Nunca debe presentar señales de enanismo o fragilidad. Reviste
particular importancia la cabeza, que debe ser larga y estrecha,
con hocico fuerte y potente dentadura. La trufa, bien
desarrollada, es siempre negra. Los belfos, negros, la comisura
de los labios bien cerrada. Los ojos, de tamaño medio, ovales,
deben ser bien oscuros, nunca deben parecer demasiado salientes.
Las orejas son dobladas y caídas, de inserción alta, en forma de
“V", usualmente cortadas al igual que la cola. La piel es
apretada. El pelaje debe ser duro, alambrado y tupido, compuesto
por una lanilla interna y una corta capa externa de pelo duro
que cubre todo el cuerpo. El pelo de las extremidades tiende a
no ser tan duro y el del hocico forma una típica barba y cejas
tupidas que hacen sombra a los ojos.
Existen cuatro colores: sal y pimienta, negro y plata, negro
puro y blanco puro. Su movimiento es elástico, elegante, ágil,
libre y con buena cobertura de terreno. |
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