Presente en los Pirineos
desde tiempos inmemoriales, conocido en la Edad Media y
utilizado como guardián de Castillos. Apreciado como perro de
compañía en el siglo XVII, conoció la gloria en la corte de Luis
XIV. La primera descripción detallada de este perro data de
1897. Diez años después se crearon los primeros clubes de raza,
y en 1923 la "Reunión des Amateurs de Chiens Pyrénéens", se
registró el Estándar oficial ante la Sociedad Central Canina.
El Montaña de Los Pirineos es un perro de gran talla, imponente
y de fuerte esqueleto, sin estar desprovisto, no obstante de
cierta elegancia. La cabeza No debe ser muy grande en relación
con la talla del perro. Los lados de la cabeza son más bien
planos. El hocico es ancho, ligeramente más corto que el cráneo,
adelgazando progresivamente cerca de su extremo. Los ojos son
más bien pequeños, almendrados, ligeramente oblícuos, de
expresión inteligente, contemplativa. Las orejas implantadas al
mismo nivel de los ojos, más bien pequeñas, de forma triangular,
deben redondearse en su punta y caer planas a ambos lados de la
cabeza. La longitud del cuerpo desde la punta de los hombros a
la punta de las ancas es ligeramente superior a la altura del
perro a la cruz. Línea superior firme, dorso sólido de longitud
mediana. La grupa es ligeramente oblicua. La cola es larga y
tupida. Una de las características de la raza es la presencia en
cada una de las extremidades posteriores de doble espolón
totalmente formado. Las extremidades anteriores presentan,
algunas veces espolones simples o dobles.
El pelo debe ser espeso, liso, bastante largo y flexible. En la
cola y en el cuello será más largo, incluso ligeramente
ondulado. La cara posterior de los muslos debe presentar
faldones muy tupidos de pelo más fino y lanoso. El subpelo es
igualmente tupido. El manto es color blanco o blanco con manchas
grises, amarillo pálido, lobuno o naranja.
El movimiento del Montaña del Pirineos, a pesar de su talla,
debe ser fácil, sin apariencia de pesadez. El paso es más amplio
que rápido y corto. Sus angulaciones deben permitir llevar una
marcha sostenida.
Utilizado para garantizar la protección de los rebaños contra
los ataques de los depredadores, su selección se ha centrado
sobre sus aptitudes para la guarda y la disuasión y su apego con
la manada.
Las principales cualidades que resultan son la fuerza y la
agilidad, asi como la dulzura y el apego a los que protege.
Este perro de protección tiene una propensión a la independencia
y un sentido de la iniciativa que requiere, por parte de su
propietario, una cierta autoridad. |
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