Esta raza surgió en la mitad del siglo XIX y es la obra de selección de un criador de la ciudad de Leonberg, por eso el nombre de la raza, en la región alemana de Württemberg. Seguramente aportaron para su creación las razas San Bernardo, Terranova y Montaña de los Pirineos. Su difusión fuera de su tierra de origen es bastante reciente, fue reconocida oficialmente en 1949.
Tiene una particular sensibilidad hacia los peligros de la naturaleza, por eso se lo emplea como guía de montaña y como perro de salvamento. Es también un óptimo guardián.
Es un perro de gran tamaño, de constitución fuerte y musculosa y proporciones armoniosas. Posee una cabeza bastante grande con cráneo moderadamente convexo. La caña nasal es recta, la trufa oscura con fosas bien abiertas. Las orejas insertadas altas y no demasiado atrás, son colgantes y cubiertas de pelo. El cuello es moderadamente largo, sin papada. El cuerpo es alargado, con tórax profundo.
La cola, con abundante pelo, es llevada a media altura, nunca enrollada sobre el dorso. El pelaje es lacio o ligeramente ondulado, bastante largo, sobretodo en la melena que recubre el cuello y pecho. Color amarillo claro, amarillo oro, marrón rojizo, gris plateado, generalmente las puntas de los pelos son más oscuras y presentan máscara negra sobre el hocico. Los dedos están casi siempre unidos por una membrana interdigital.
El Leonberger es muy equilibrado, afectuoso, atento, con una expresión que refleja seguridad. Por su gran tamaño necesita de amplios espacios y se adapta muy bien a estar al aire libre hasta en temperaturas extremas.
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