Aunque los orígenes más remotos coinciden con los del Fox Terrier de pelo liso (Smooth), la raza de pelo duro tiene una historia más reciente: desciende de los cruzamientos del primero con un viejo terrier inglés de pelo duro. En el siglo XVIII acompañaba a las jaurías de foxhound en la caza del zorro. También fue presentado por primera vez en exposiciones en 1862, y durante bastante tiempo tuvo el standard en común con el Fox terrier de pelo liso hasta que, en los primeros años del siglo XX, las dos razas tuvieron estándares perfectamente diferenciados. El Wire Fox estuvo de moda en la primera posguerra y desde ese momento se popularizó en todo el mundo.
Es un perro de perfecta constitución cuadrada y caracterizado por una cabeza larga y estrecha. Gran importancia adquiere la correcta posición de las orejas, pequeñas y en forma de "V", replegadas hacia delante y que cuelgan sobre las mejillas. Las mandíbulas están bien desarrolladas y los ojos oscuros y pequeños no deben estar demasiado distanciados entre sí. La cola, de nacimiento alto, se amputa dejando los 3/4 de su longitud.
El pelaje es denso y duro, con subpelo más corto y fino. El color es predominantemente blanco con manchas negras y tostadas. El pelo de la espalda y de las extremidades posteriores es más duro que el de los flancos. El pelo de los maxilares debe ser de un largo suficiente para darle al hocico aspecto de fuerza. Un particular cuidado y atención debe prestarse al manto para la presentación en exposiciones.
El Fox Terrier, en sus dos variedades, se caracteriza por ser un perro activo y alerta, de movimientos rápidos, de expresión vivaz, siempre en la expectativa de cualquiera provocación. Dueños de un temperamento amistoso, extrovertido e intrépido.
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