Cuando
un criador novicio recibe el pedigree de su primer hembra, sobre
la cual tiene depositadas todas sus esperanzas como criador,
probablemente se conmueva por encontrar algunos campeones entre
sus antecesores.
Estos campeones, él piensa que lo van a ayudar a hacer un éxito
de su futura crianza.
Su presencia va a ser tomada por él como una garantía de que su
perra está bien criada y es tan parecida como sus productores,
como se le ha dicho.
El debe estar en el buen camino con su nueva adquisición.
Si la hembra ha sido cuidadosamente criada y un grado de
linebreeding ha sido practicado en las generaciones precedentes,
él probablemente esté en la buena línea.
Si, como fácilmente puede ocurrir, una cantidad de gente ha
participado en su crianza, usando el último Campeón solo por ser
el último Campeón, y apareándole hembras no relacionadas e
inapropiadas para ellos, entonces el criador novicio puede muy
bien estar completamente en la línea equivocada para basar un
programa de crianza sobre esta hembra en particular.
Un pedigree tiene solamente un valor limitado, sin una cantidad
de información sobre las virtudes y faltas de los machos y
hembras nombrados en él.
Antes de usar un pedigree como base de un programa de crianza,
un criador experimentado va a echar un vistazo atrás sobre los
individuos nombrados en él.
Él va a considerar los mejores y peores puntos de cada macho y
hembra en el pedigree y lo comparará con aquellos de los
antepasados de los posibles padrillos que está considerando usar
con su hembra.
Es está información del pasado, tomada de muchos años, lo que da
a los criadores experimentados tan larga ventaja sobre el
novicio al planificar cruzamientos futuros.
Antes que el criador novicio resuelva como cruzar su nueva
adquisición, él deberá tratar de averiguar tanto como le sea
posible sobre cada individuo del pedigree de su hembra; también
sobre los individuos de los perros que piensa que le convendría
usar.
Esto tal vez va a ser bien fácil con respecto a los Campeones,
dado que mucha gente los ha visto durante su carrera en las
exposiciones, pero puede resultar un buen problema para los
menos distinguidos que entran en el pedigree.
Muy a menudo puede ser un buen esfuerzo indagar alguna
información sobre estos, especialmente si tienen algo indeseable
que solo sus dueños conocen.
Estos pueden obstáculos en el pedigree y pueden frustar las
mejores intenciones si llevan algunas faltas recesivas que se
encuentran con recesivas similares en el otro pedigree.
Entonces encontrarlas es importante, y bien vale la pena el
esfuerzo y el tiempo gastado en el examen.
Esta averiguación para saber que hay detrás de su línea de
crianza, es una parte vital para llegar a ser un criador
exitoso.
Pero también hay una suerte de habilidad en saber como balancear
un pedigree de tal manera que los defectos se reduzcan y las
virtudes se acentúen sin apartarse del Standard.
Si un criador se concentra mucho en la cabeza, la conformación
inevitablemente va a declinar.
Si prosigue piloteando sobre la sustancia, puede no gustarle el
resultado final; si trata de poner mucho refinamiento, es
proclive a finalizar con una flor de lis marchita.
La total destreza en usar un pedigree como ayuda en la crianza
se basa en saber donde están las buenas cualidades y de donde
provienen, y lo mismo con los defectos.
Si hay una línea o familia que en particular tiene una falta
predominante, digamos ojos más claros que lo deseable, es
esencial balancear esto con una fuerte dosis de ese rasgo
correcto, en este caso ojos oscuros en el otro lado del
cruzamiento.
Por otra parte, si hay cualidades particularmente buenas en un
pedigree, que no están presentes en el propio stock del criador,
es de gran valor tomar un riesgo calculado para traer buenos
rasgos a nuestra propia línea.
Si uno tiene una línea que está bien construida y vigorosa pero
no le crece tanto pelaje como sería deseable, podría ser de
valor usar un perro con abundante pelaje aunque no tan bien
estructurado como su hembra, compensando la falta de la hembra
con el buen manto del perro, por las buenas cualidades de la
hembra.
De cualquier manera, debe tenerse cuidado en las lechigadas
sobrevinientes, en seleccionar solamente cachorros bien
construidos, vigorosos, para continuar la línea y cruzar a éstos
nuevamente dentro de la línea con buenas estructuras y
movimiento para asegurar que estos puntos vitales no se pierdan.
De la siguiente generación, si seleccionar aquellos con los
mejores mantos.
Este balance de virtudes y defectos es la llave de la crianza
exitosa, y el éxito depende en gran medida del conocimiento del
pasado de la raza.
La gran cosa que hay que evitar, es duplicar rasgos indeseables
o tendencias mientras se está detrás de algún punto en especial.
El criador debe tratar de guardar el balance y mantenerse
siempre tan cerca del Standard como pueda.
Un pedigree puede parecer maravilloso a primera vista si está
lleno de Campeones, pero si esos Campeones son todos de
diferentes líneas y no están bien apareados en sus rasgos, el
animal a que se refiere es probablemente de menor valor como
material de crianza que un animal cuidadosamente criado en
línea, con un pedigree basado en un ejemplar sobresaliente, con
tal vez menos Campeones pero sin individuos malos o
indiferentes.
El tipo de animal que lleva esta clase de pedigree no siempre es
fácil de obtener, pero es muy importante esperar por él. Es casi
seguro el resultado de muchos años de crianza constructiva y
progresista.
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