Es un perro de aspecto alegre, ágil y un tanto curioso. De origen inglés, fue antiguamente llamado "Fox terrier de los condados del norte" hasta que Joseph Ainsley en 1825 le dio a la raza el nombre de la ciudad en la que residía. Si bien sus orígenes no están totalmente claros, se supone que deriva del cruzamiento entre Otterhounds, Whippet y Dandie Dimmont. El National Bedlington Terrier Club (inglés) se organizó en el 1877 con el propósito de mejorar el tipo y competir en concursos de conformación.
Es un perro musculoso, ágil y gracioso, sin ningún signo de debilidad o tosquedad. La cabeza tiene la forma de pera o de cuña, con las orejas, de buena longitud, llevadas pegadas a las mejillas y de nacimiento bajo. El cráneo es estrecho y redondeado, cubierto por un mechón sedoso y abundante de color casi blanco. No debe presentar stop, la línea del occipucio hasta la punta de la nariz debe ser recta e ininterrumpida. Las fosas nasales son grandes y bien definidas. Ojos pequeños, brillantes y hundidos, de aspecto triangular. El cuerpo es musculoso, flexible, con tórax profundo y costillas planas. El dorso presenta un arco natural, lo que hace que el contorno inferior se arquee. La longitud del cuerpo es ligeramente mayor que la altura. Los pies son largos como de liebre con almohadillas gruesas y compactas. La cola es moderadamente larga, gruesa en la base adelgazándose hacia la punta y delicadamente curva, pero nunca sobre el dorso. De implantación baja. El pelo es muy distintivo. Denso y algodonoso, no adherido a la piel, pero no duro. Con marcada tendencia a enroscarse, especialmente en el cráneo y la cara. Los colores aceptados son: azul, hígado o arena con o sin manchas de fuego. La pigmentación más oscura es la más deseable.
Una característica muy distintiva de la raza es su movimiento, más bien saltarín, ligero y flexible cuando da pasos cortos y de ligero balanceo cuando da pasos largos.
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