El Chow Chow está considerado un perro de compañía aunque en China, su país de origen, aún se lo usa como perro de guardia. De orígenes muy antiguos, desciende de los grandes perros Spitz nórdicos de los cuales conserva algunas de sus características. Los antiguos testimonios existentes muestran que su aspecto ha permanecido invariable en el tiempo, manteniendo sus rasgos ancestrales.
 
En China se los usó como perros de guerra, para cuidar propiedades y ganado, como perro de trineo, como perros de caza y, en el Tíbet eran considerados como símbolo del león, conviviendo con los sacerdotes budistas: También fue criado para el consumo de su carne y piel. Se introdujo en Europa en 1880 cuando un embajador inglés en Pekín regaló una pareja de chows al príncipe de Gales. La raza fascinó a los ingleses y se difundió rápidamente sumando a la crianza local muchas nuevas importaciones. La raza fue reconocida oficialmente por el Kennel Club inglés en 1884 y por el American Kennel Club en 1903.
 
Es un perro de fuerte constitución, buena potencia y aspecto leonino de porte muy elegante. La cabeza es fuerte y ancha con ojos pequeños y oscuros de expresión penetrante. Las orejas son cortas y gruesas, llevadas rígidamente erguidas. El tronco es sólido y potente. La cola, de nacimiento alta, es llevada sobre la grupa. El pelaje es abundante, tupido, con un pelo exterior áspero y un subpelo suave y lanoso. Los colores admitidos son negro, rojo, azul, leonado, crema y blanco. Siempre sin manchas.
 
Dos características son consideradas típicas en la raza y no pueden faltar en un Chow: la lengua de color azul y su movimiento, de pasos cortos y rectos en donde miembros anteriores y posteriores se desplazan en planos paralelos.
El Chow Chow es un perro de un solo dueño, tiene un temperamento tranquilo, independiente, cariñoso con la familia y desconfiado con los extraños. Es muy limpio y paciente, muestra siempre un aire de arrogancia y orgullo que lo caracteriza.