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Entrenamiento con Comida
por Patricia Gail Burnham
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Los mitos sobre los perros me fascinan. Es interesante observar las falsedades mantenidas a través de generaciones, y verlas crecer y florecer con el agregado y embellecimiento de cada nuevo grupo de convertidos a su causa. Estoy impre-sionada por la santidad que se le da a lo que aparece publicado, incluso ideas que no tienen ningún fundamento real. Como escritora, se lo fácil que es procla-mar un error como verdadero, y que lo que aparece publicado es solo tan con-fiable como el conocimiento y la integri-dad de su autor puede hacerlo. Pero la generalidad de los lectores tiene un to-que de fidelidad hacia la palabra escrita. Y esta fidelidad hace posible que los mitos sobre la estructura, comporta-miento y técnicas de entrenamiento de los perros continúen para reclutar nue-vos adeptos a sus causas, aunque ellos puedan no tener ningún sustento en la realidad. Entonces, a través de déca-das, estos debates continúan mientras nuevas generaciones de adeptos de ambos lados defienden sus puntos de vista.
Uno de los más perdurables de estos debates es el que sustentan los entre-nadores que usan técnicas de entrena-miento con comida y los entrenadores que abjuran de ellas. Esta confrontación viene al menos desde la Primera Guerra Mundial, cuando había una gran competencia en el entrenamiento de perros entre los ingleses y los alemanes. Los entrenadores ingleses de esa época usaban técnicas con comida. Del otro lado, los alemanes sostenían firmemen-te que los perros debían trabajar no por la comida sino por el cariño de su amo, más una buena dosis de disciplina. Ac-tualmente hay entrenadores que pare-cen incapaces de distinguir la diferencia entre cariño y disciplina.
Luego vino B. F. Skinner para asustar a la comunidad científica con sus cajas y palomas y roedores entrenados. Y dio estado científico a algo que era sabido desde hacia mucho: que el entrena-miento con comida funciona. Varios li-bros de entrenamiento de perros están basados en sus métodos.

Punto y Contrapunto
¿Cuáles son las objeciones más co-munes dadas al uso de comida? ¿Y cuál es la verdad sobre ellas? Lo que nunca dicen los que lo objetan es que el entre-namiento con comida no funciona. Si no funcionara, no habría ninguna contro-versia porque nadie lo usaría. A mi per-sonalmente me gusta el uso de comida, porque no funcionaría ante la presencia de dolor y esto asegura que el entrena-miento va a ser no violento. Uno no puede usar correcciones rigurosas y comida simultáneamente porque el temor elimina el apetito. Un perro asus-tado no va a comer. Entonces mientras los enemigos de la comida admiten que es efectiva, protestan por otras cosas.

UN PERRO DEBE TRABAJAR POR CARIÑO, NO POR COMIDA: 
¿Quiere decir esto que si yo entreno a mis perros con comida ellos me van a odiar? Tengo novedades para ustedes. Mis perros me aman. Y sea que los entrene con comida o no, ellos van a seguir amándome por-que su afecto está basado en el tiempo que pasamos juntos y nuestra relación, no por toda la comida que les presente en su plato al final del día, o porque algo de su comida pueda llegarles en forma de pequeños obsequios que se puedan ganar.

EL ENTRENAMIENTO CON COMIDA ES ANTINATURAL: 
¿Cuáles son las motivaciones primarias de un perro sal-vaje? Si hablamos de verdaderos pe-rros naturales como lobos y coyotes ¿Qué los motiva? Básicamente lo que los motiva es la comida y el sexo: la comida para mantenerse con vida y el sexo para perpetuarse en las siguientes generaciones. Pero el sexo es un evento de una vez por año mientras que la comida es una práctica diaria. Ellos cazan; ellos viajan en busca de la presa. Ellos usan mucho de su tiempo despiertos trabajando por la comida.
Se determinó que los animales en los zoológicos son más felices si su comida no se les da directamente en un plato. Ellos necesitan más que solamente ser alimentados. Ellos necesitan tener una actividad que los mantenga alejados del aburrimiento o de llegar a comportamientos destructivos como morderse el pelo o caminar sin motivo. Entonces muchos zoológicos recientemente han agregado una variedad de ingeniosos sistemas de alimentación que tanto alimentan como entretienen al animal. El más simple es desparramar paja en el piso y esparcir la comida para que tenga que ser buscada y ganada. Más complicados son los troncos artificiales en los que los animales pueden acceder a un gatillo que libera un pellet de alimento.
¿Los osos en los zoológicos piden maníes al público porque su dieta es deficiente en maníes? Si esto fuera cierto podría ser remediado agregando maníes a su alimentación ¿O es lo que anhelan como interacción con el público? El oso hace una prueba y el público se comporta como un dispensador de alimento y le arroja un obsequio. Les ayuda a pasar el día.
Los animales, especialmente los más brillantes, tienen una amplia variedad de habilidades que en la vida salvaje los ayudarán a obtener su propia comida. Cuando simplemente les suministramos su comida en un plato, estamos privándolos de la oportunidad de usar esas habilidades. El entrenamiento con comida les da la oportunidad de usar inteligencia y energía para perfeccionar una nueva habilidad para conseguir co-mida. En cambio de tender una celada a su presa, ellos aprenden a dar vuelta, a hacer presa, a rastrear o a desarrollar rutinas habilidosas. El preciso detalle de lo que ellos están aprendiendo no es importante; lo que están haciendo es ganarse su comida a través de sus ac-ciones, y eso les da la convicción que controlan su propio destino. La obten-ción del alimento cambia de un asunto fuera de su control a algo bajo su con-trol.

LOS ENTRENADORES QUE DAN COMIDA HAMBREAN A SUS PERROS SI NO RESPONDEN: 
Esto va en contra de una realidad médica. Si un perro no está regularmente bien alimentado, su nivel de azúcar en la sangre disminuye y sus habilidades de desempeño decrecen. Algunos animales entrena-dos profesionalmente trabajan para toda su alimentación. Me vienen a la memoria los delfines y leones marinos. Y no hay nada de malo en ello, pero esto requiere que el animal tenga acceso a frecuentes sesiones de entrenamiento con comida. El programa en un parque de animales se basa en esto. La vida de la mayoría de los entrenadores de pe-rros no.
Los perros estarían contentos de tra-bajar por toda su comida. Son los entre-nadores quienes no tienen tanto tiempo de entrenamiento disponible. Entonces los perros son alimentados como cual-quiera (en el caso de los míos dos veces por ida), y la comida de entrenamiento está compuesta de premios de especial interés tales como galletitas o hígado.
¿Es rehusada la comida si el perro no ha adquirido una particular habilidad? No. En cambio el perro es ayudado a actuar correctamente para que pueda ser recompensado. Con tiempo y repe-tición, el perro se gradúa más allá de la necesidad de ayuda. Un buen ejemplo es con el rastro. No hay nada de malo en que un perro complete exitosamente una práctica de rastro y sea recompen-sado por ello. El único cuestionamiento es si él lo hará independientemente o necesitará ayuda para completarlo. Pero todo rastro que se complete co-rrectamente recibirá su recompensa. Si yo decido que un perro en particular necesita recibir todo su alimento para mejorar su motivación, esta es una de-cisión que no se puede hacer a la ligera. No es inconveniente para un perro cuya ingesta se mantiene inalterable. El reci-be su alimentación usual. El sólo la tiene al final de su prueba. Pero es un sustan-cial compromiso de mi parte; esto es que voy a entrenar a ese perro cada día por un mes. Aunque sea brevemente, deberá tener un entrenamiento cada mañana.

LOS PERROS NO PUEDEN PENSAR ANTE LA PRESENCIA DE COMIDA: 
Generalmente escucho esto de perso-nas que nunca han enseñado a sus perros que la comida puede ser ganada. Cuando empiezan a ofrecerles comida, sus perros se la arrebatan. Por otro lado, si yo sostengo en alto un trozo de comi-da, o solo la busco en un bolsillo, mis perros probablemente se quedarán como preguntando "¿Qué es lo que de-seas que hagamos?" Ellos están pen-sando como locos sobre cual de sus rutinas hará que mi mano lleve la comi-da a sus bocas.
El primer paso en el entrenamiento con comida es enseñar a los perros que uno les va a dar comida. El segundo paso es enseñarles que la comida puede ser ganada, que ellos controlan la comida, y que por su comportamiento pueden hacer que uno abra la mano y les dé la recompensa. Como método de entrena-miento, puede significar que el perro tiene un aparente control, y este puede ser el motivo por el cual los entrenado-res que se basan en la disciplina lo odian tanto. Ellos deben estar "bajo control." Yo me figuro que mientras el perro esté haciendo lo que deseo, yo estoy con el control. Es un control más sutil y de segundo nivel, pero control al fin.

LOS COMPORTAMIENTOS LOGRADOS CON ENTRENAMIENTO CON COMIDA, NO SON UN APRENDIZAJE REAL. SOLO SON TRETAS Y RUTI-NAS NEGLIGENTES:
Aprendizaje es aprendizaje; hábitos son hábitos; y me-moria es memoria. Son todas cosas reales que ocurren a todo ser viviente. Son eventos y procesos y como tales no vienen provistos de juicios de valor. Aprendizaje es aprendizaje, no aprendi-zaje "real" vs. "irreal". La formación de hábitos, que es la base de la mayor parte del entrenamiento de los perros, no es ni mala ni buena. Algunos méto-dos son más rápidos o más lentos en crear nuevos hábitos o eliminar viejos, pero esas son medidas de efectividad, y el último hábito no es malo o bueno como resultado del método que lo creo.
Es verdad que los hábitos son memo-ria preprogramada, cosas aprendidas tan bien que requieren muy poca consi-deración consciente. La formación de hábitos requiere una gran cantidad de memoria activa y cambiarlos requiere aún más, pero ejecutar un hábito no requiere mucha memoria consciente.
Esto es por lo cual los hábitos son útiles. Si cada persona tuviera que pensar sobre todo lo necesario para conducir un automóvil, las autopistas serían lugares aún más excitantes de lo que son. Cada uno de nosotros hicimos eso cuando recién comenzamos a aprender a conducir, cuando estábamos formando nuestros hábitos de conducción. Pero ahora dejamos que esos hábitos manejen la parte rutinaria de la conducción por nosotros. Todo aprendizaje de habilidades es una formación de hábitos. Desde esquiar hasta operar una computadora, el mundo está lleno de hábitos. Solo la investigación intelectual de nuevos asuntos está libre de hábitos, y esto no es algo que a menudo pidamos a nuestros perros.

EL USO DE COMIDA DE ALGUNA MANERA HACE INFERIOR AL APRENDIZAJE RESULTANTE: 
Todos sacan información de su experiencia de vida. Yo aprendí a nadar a una edad temprana con la ayuda de unos hot dogs y sundaes como premio ¿Semejante corrupción llevó a posteriores problemas? No, y no interfirió para que luego llegara a ser una nadadora competitiva en el colegio. Una vez adquirida, esa habilidad fue disfrutada tanto como si hubiera sido lograda por motivos no alimenticios. Cuanto usamos y disfrutamos una habilidad tiene que ver con cuan buenos somos en ella, no con la motivación original que tuvimos para aprenderla. Análogamente, el ser premiada parece que me dejó mi curiosidad intacta, de otra manera ya hubiera dejado hace años de buscar temas para mis artículos.

En Pocas Palabras. . .
Entonces, habiendo respondido a las objeciones más comunes ¿Por qué uso entrenamiento con comida? Porque es un método no-violento que ha sido probado como efectivo en todo, desde personas hasta palomas, con perros y delfines encajando entre esos extremos. Provee una manera de enseñar estrictamente mediante una motivación positiva. El entrenamiento con comida crea perros que absolutamente me van a pedir una sesión de entrenamiento porque en sus mentes el entrenamiento está asociado con momentos placenteros y recompensas por el trabajo bien hecho, tanto como una oportunidad de conectarse conmigo y mostrarme su iniciativa y habilidades aprendidas.

De American Kennel Gazette
Agradecemos al Sr. Darío Fogolín, propietario de la revista "Showdog" el habernos autorizado a reproducir este artículo.

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